La clave de la construcción ecológica reside en lograr una coexistencia armoniosa entre la arquitectura y el medio ambiente. Esto implica ahorrar recursos, proteger el medio ambiente, reducir la contaminación y crear un entorno de vida y trabajo saludable y confortable en la medida de lo posible en todos los aspectos del diseño, la construcción, el uso e incluso la demolición de edificios. En la práctica, el concepto de construcción ecológica se refleja en varios aspectos clave: ahorro de energía, ahorro de agua, selección y utilización de materiales, calidad ambiental interior y gestión del ciclo de vida de los edificios. Mediante el uso de materiales de aislamiento eficientes, sistemas inteligentes de gestión energética, sistemas de recolección y reciclaje de agua de lluvia, y priorizando los materiales renovables, los edificios ecológicos pueden reducir significativamente el consumo de energía y la generación de residuos. 

     Al mismo tiempo, también se centra en mejorar la calidad del aire interior para garantizar que la salud de los residentes no se vea afectada por sustancias nocivas.